En la búsqueda de nuevas terapias para el cáncer, hay un camino abierto que parece especialmente prometedor y en el que se suceden los avances a un ritmo vertiginoso. Hablamos de la inmunoterapia, un enfoque cada vez más popular gracias a los resultados que está ofreciendo.
Recalama
Así, por ejemplo, un trabajo publicado por la revista científica Nature ha reportado recientemente haber logrado una remisión en la leucemia de dos pacientes que se mantiene hasta 10 años después.
Transferencia adoptiva de linfocitos T
El tratamiento en cuestión se enmarca dentro de la línea de la inmunoterapia y más concretamente dentro de la transferencia adoptiva de linfocitos T: una estrategia consistente en tomar células inmunes (específicamente linfocitos T) del propio paciente, modificarlos para que identifiquen y ataquen las células tumorales, y volver a transferirlos al paciente.
La idea lleva ya un tiempo en desarrollo, y esta no es la primera instancia en la que se emplea. Es más: la Administración de Comida y Medicamentos norteamericana (FDA) ya ha aprobado cinco de estas terapias (cada una de ellas se trata de una modificación para atacar un tumor específico).
Con todo, aún quedaban algunas dudas al respecto. Por ejemplo, y aunque ya se ha comprobado como decíamos su potencial en varias instancias, no está claro cómo van a responder a este tipo de tratamiento distintos tipos de cáncer con distintas características. Igualmente, no se sabe con seguridad durante cuánto tiempo se mantiene la eficacia de la transferencia adoptiva de linfocitos T.
Una opción a largo plazo
Es por este último punto por el que estos resultados son tan esperanzadores. Y es que, tal y como explican los autores del trabajo, el tratamiento no solo logró una remisión completa de la leucemia de los dos pacientes en 2010, sino que más de una década después esta remisión se mantiene.
La duda que existía al respecto era si las células modificadas podrían sobrevivir en el cuerpo humano a largo plazo y por cuánto tiempo, por lo que los investigadores han buscado esas mismas células en el organismo del paciente. Y, efectivamente, las han encontrado… pero el tipo de célula que porta el antígeno que permite al sistema inmune atacar el tumor ha cambiado.
Específicamente, en lugar de encontrar las células ‘asesinas’ modificadas, los autores han hallado células ‘ayudantes’, un tipo de célula cuya función es ayudar a activar el resto del sistema inmune.
Más cerca de estar ampliamente disponible
Estos resultados indican que es posible que la terapia sea efectiva en el largo plazo, e incluso que el propio sistema inmune es capaz de ‘asimilarla’ y mantener una protección duradera frente al cáncer objetivo del tratamiento.
No obstante, los propios firmantes del artículo llaman a la cautela: y es que, dicen, por prometedora que resulte esta evidencia, los resultados obtenidos en dos pacientes no son necesariamente extrapolables a poblaciones mayores.
Por ello, todavía va a ser necesario llevar a cabo investigaciones más exhaustivas sobre grupos más amplios, que permitan demostrar la eficacia y la seguridad de la terapia en un entorno clínico y perfeccionar diversos aspectos del tratamiento.
Sin embargo, la evidencia obtenida se une a la literatura que da cuenta de las posibilidades de esta estrategia de inmunoterapia contra el cáncer, que cada vez está más cerca de estar ampliamente accesible para miles de pacientes de cáncer en todo el mundo.